¿Donald, el Grande? El presidente de EEUU traspasa los límites del poder ejecutivol
Al frente de la primera pontencia mundial, ¿alcanzó Donald Trump la cima de sus ambiciones? "Ahora, el sueño es ser un gran presidente", confesó hace poco el mandatario a su nieta Kai, de 18 años, mientras paseaban en un carrito de golf.
La conversación, publicada por la joven en Instagram, ofrece una perspectiva de las motivaciones del republicano de 79 años, un año después de su reelección.
Para Trump, ser un "gran presidente" significa, más que nunca, ejercer un poder ejecutivo a una escala pocas veces vista en la historia estadounidense.
En las últimas semanas, Trump ha intensificado estas maniobras de poder, vengándose de sus oponentes políticos, enviando más tropas a más ciudades estadounidenses, censurando a los medios de comunicación y consolidando su control sobre todas las ramas del gobierno.
Para los críticos, esto plantea serias dudas sobre el Estado de derecho y los abusos de poder de un presidente que admira abiertamente a monarcas y gobernantes autoritarios, y que recibió una réplica de una corona como obsequio durante un reciente viaje a Corea del Sur.
"Sin duda, tiene un lado autoritario", afirmó Todd Belt, politólogo de la Universidad George Washington.
Si bien Trump reforzó su poder al regresar a la Casa Blanca en enero, el asesinato del influyente ultraconservador Charlie Kirk en septiembre "reforzó su enfoque del 'nosotros contra ellos'", explicó.
- "Enemigos internos" -
La reciente campaña de represalias contra sus opositores es quizás el ejemplo más flagrante del abuso de poder del presidente.
El Departamento de Justicia presentó cargos contra varios de ellos, incluidos el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton y el exdirector del FBI James Comey, después de que Trump exigiera su procesamiento en redes sociales.
Y mientras el mandatario se jacta de acuerdos de paz en el extranjero, en Estados Unidos ataca abiertamente al "enemigo interno", ya sean izquierdistas o inmigrantes. Incluso llegó a afirmar en un discurso ante altos mandos militares que las ciudades estadounidenses podrían convertirse en "campos de entrenamiento" para las tropas.
El viernes, a pesar de la parálisis presupuestaria de más de un mes por desacuerdo político, Trump, que se niega a dialogar con los demócratas, organizó una gala de Halloween en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida. La temática era "El Gran Gatsby", en referencia al acaudalado personaje ficticio conocido por sus fastuosas fiestas.
Esa medianoche, 42 millones de estadounidenses dejaron de recibir ayuda alimentaria del gobierno federal.
El presidente también intentó silenciar a los medios de comunicación. Le ha dado mayor protagonismo a periodistas afines a su movimiento "Make America Great Again" y demandó al New York Times, al Wall Street Journal y a la CBS.
Incluso afianzó su poder dentro de la propia residencia presidencial: demolió el Ala Este de la Casa Blanca para construir un enorme salón de baile, sin consulta pública ni aprobación federal.
En los últimos días, Trump volvió a considerar la posibilidad de un tercer mandato en 2028, aunque pareció retractarse después de que el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, afirmara que sería inconstitucional.
- "Se ha excedido"" -
En vista de las elecciones de mitad de mandato, que se celebrarán dentro de un año, es posible que Trump ya haya alcanzado el apogeo de su poder.
"Las encuestas sugieren que no tiene tanto margen de maniobra como en los primeros diez meses", declaró a la AFP William Galston, investigador principal de la Brookings Institution. "La gente piensa que se ha excedido".
Un sondeo del Washington Post, ABC News e Ipsos, publicado el domingo, mostró que la mayoría de los votantes estadounidenses opina que Trump se ha extralimitado en sus funciones. Pero también revela que los demócratas se benefician muy poco de estas preocupaciones.
El presidente espera varias decisiones clave de la Corte Suprema que podrían ampliar el poder ejecutivo frente al Congreso y el Poder judicial.
Si bien esto podría imponer ciertas restricciones, mucho depende de hasta qué punto Trump esté decidido a ignorar las normas presidenciales vigentes desde hace décadas.
"Cuando un presidente ignora tradiciones arraigadas, el cargo adquiere un poder mucho mayor del imaginado", advirtió Galston.
Cualquier resultado que no represente un revés importante para los republicanos en las elecciones legislativas de 2026, probablemente envalentonará a Trump.
"Si la gente lo aprueba, continuará", añadió Galston.
U.Varma--MT