

La artista irano-estadounidense Neshat muestra en París su "Aida", reflejo de "la brutalidad de la guerra"
La artista irano-estadounidense Shirin Neshat presenta en la ópera de París su versión de "Aida", con la que muestra la brutalidad de la guerra, el fanatismo religioso, la opresión de los más débiles... un espectáculo en resonancia con la actualidad en Gaza e Irán.
La artista de 68 años, que vive exiliada en Estados Unidos y cuya obra se centró inicialmente en la fotografía, para luego pasar al video y al cine, da sus primeros pasos en el mundo de la ópera con esta obra de Giuseppe Verdi, que se representará a partir del miércoles en la Ópera de la Bastilla.
La soprano española Saioa Hernández (Aida), el tenor polaco Piotr Beczała (Radamés) y la mezzosoprano franco-suiza Eve-Maud Hubeaux (Amneris) forman el reparto principal, bajo la dirección musical del italiano Michele Mariotti.
En esta ópera creada en 1871, que narra el amor imposible entre Aida, princesa etíope cautiva, y el general egipcio Radamés, las arias íntimas se alternan con escenas épicas que celebran el dominio de los egipcios sobre sus vecinos.
"En esta versión, damos un papel central a los 'esclavos' (etíopes)", insistiendo en su "sufrimiento" y en "la brutalidad de la guerra", explica Shirin Neshat a AFP.
"Es lo que me parece más pertinente, en la época en la que vivimos, cuando pensamos en lo que está pasando en Gaza, o cuando pensamos en las personas indefensas e impotentes" del mundo, añade el artista.
Su obra, que juega con una estética visual impactante y hace hincapié en los contrastes (blanco/negro, formas, etc.), ha recibido numerosos premios: León de Oro de la Bienal de Venecia en 1999, León de Plata a la mejor dirección en la Mostra de Venecia en 2009 o el Praemium Imperiale de Tokio en 2017.
Hasta ahora su obra se ha centrado mucho en su país natal, mezclando los temas de "la hipocresía del poder, el fanatismo, la religión, las mujeres y su resiliencia", resume.
- "Un momento muy oscuro" en EEUU -
En "Aida", Neshat no utiliza decorados y vestuarios faraónicos: los soldados visten uniformes militares modernos y los personajes de los sacerdotes, interpretados por parte del coro --con largas barbas grises y turbantes negros-- recuerdan a los mulás.
Para esta producción en París, la artista completó su puesta en escena inicial con videos filmados en junio. Por casualidad, el rodaje tuvo lugar justo cuando Israel lanzó por sorpresa una serie de bombardeos contra Irán, una guerra de 12 días en la que murieron civiles, altos mandos militares y científicos relacionados con el programa nuclear iraní.
"Estábamos filmando escenas de guerra y mi propio país fue atacado el mismo día", recuerda, reviviendo la "pesadilla" que sintió entonces por sus familiares que aún viven allí.
Esta impresión de "fin del mundo" empuja a la artista a expresar "de manera urgente" "lo que está pasando" en el mundo, sobre todo "lo que no va bien", explica.
Neshat expresa también su preocupación por Estados Unidos, donde vive desde finales de los años 1970 y donde, en su opinión, los artistas están empezando a sufrir los efectos de la guerra cultural del presidente Donald Trump.
"Estados Unidos censura a los artistas, ¡se está empezando a parecer a Irán!", advierte, pocos días después de la suspensión del programa del humorista Jimmy Kimmel, presentador de un conocido programa nocturno, tras unas declaraciones en las que acusaba al movimiento MAGA (Make America Great Again) de Trump de explotar políticamente el asesinato del activista de derecha Charlie Kirk.
"Es aterrador que un país en el que antes encontré refugio como el país de los sueños, lugar de democracia, se vuelva contra sus propios valores", afirma. "Es un momento muy, muy oscuro en la historia de Estados Unidos".
D.Kumar--MT