

China se prepara para la carrera por la extracción minera submarina
Aunque todavía no está preparada para realizar minería submarina, China está colocando metódicamente sus peones en los océanos, una estrategia económica y geopolítica en un mundo ansioso por hacerse con minerales cruciales.
Los fondos marinos son ricos en cobalto, níquel y cobre, minerales estratégicos para la transición energética, en particular, para las baterías de los vehículos eléctricos.
China "es un país con enormes necesidades energéticas. Busca recursos por todas partes", comenta Julia Xue, de la Universidad Jiao Tong de Shanghai. Incluidos los fondos marinos.
Pero "no está especialmente preocupada", asegura la experta a la AFP. Aunque los últimos acontecimientos podrían "presionar a los científicos chinos", dice.
Aprovechando la puerta que ha abierto el presidente estadounidense Donald Trump a la minería en aguas profundas, la empresa canadiense The Metals Company ha solicitado el primer permiso de minería comercial en aguas internacionales.
Con esta maniobra, elude a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), organismo competente en la materia pero del que Estados Unidos no es miembro.
TMC justificó su decisión debido a la lentitud de la ISA en la adopción del "código minero" destinado a establecer las normas para la minería en altamar.
Este nuevo avance también refuerza la probabilidad de que TMC sea la primera en poner en marcha esta nueva industria denostada por los defensores de los océanos.
Pero "no creo que los chinos estén especialmente preocupados por quién explotará primero. Para ellos, se trata de dominar y seguir siendo competitivos en el juego", afirma un veterano observador de las negociaciones en la ISA, que habla bajo condición de anonimato.
Para ello, "están desarrollando la tecnología y estableciendo acuerdos estratégicos", sostiene Alex Gilbert, investigador de la Colorado School of Mines.
Pekín concluyó recientemente un acuerdo con las Islas Cook en el Pacífico para la exploración minera en sus aguas territoriales, y ha insinuado un acercamiento con las islas Kiribati, en la misma región.
Este posicionamiento es "más geopolítico que económico", dice Emmanuel Hache, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales y Estratégicas, que considera que China utiliza el "gancho" de la minería submarina para conseguir apoyo diplomático.
- Retraso -
A través de empresas estatales como China Minmetals, China Ocean Mineral Resource R&D Association y Beijing Pioneer Hi-Tech Development Corporation, China ha suscrito cinco de los 22 contratos de exploración realizados con la ISA.
No solo abarcan la mayor superficie, sino que a diferencia de la mayoría de los demás países, estos contratos incluyen tres tipos de recursos minerales (nódulos polimetálicos, costras y cúmulos de sulfuros) en varias zonas de los océanos Pacífico e Índico.
"Desde el punto de vista tecnológico, avanzamos cada vez más", afirma Chen Xuguang, investigador de la Universidad Oceánica de China.
En julio de 2024, el prototipo de extracción "Pioneer II" de la Universidad Jiao Tong superó con éxito una importante prueba a más de 4.000 metros de profundidad, un récord para el país.
Beijing Pioneer declaró a la AFP que planea realizar una prueba de extracción de nódulos polimetálicos en el segundo semestre de 2025.
A pesar de todo, varios expertos consideran que China no está tan avanzada tecnológicamente como TMC. Tiene "entre dos y cuatro años" de retraso, según Gilbert, aunque Hache eleva el retraso a "alrededor de cinco años".
Sin embargo, según los especialistas, tiene una ventaja sobre actores como TMC, que dependen de socios para recoger y procesar los nódulos. Sus empresas cuentan con el respaldo del estado, y el país dispone de la infraestructura necesaria para procesar los metales.
Actualmente, China "no necesita realmente la minería submarina para su abastecimiento de metales, salvo quizá para mantener su control sobre el mercado de materias primas", señala el observador anónimo. Pero quiere mantener abierta la posibilidad.
En este contexto, si los chinos apoyan la elaboración de un código minero, "no lo necesitan ahora y no van a presionar hasta que hayan decidido que estratégicamente están preparados", afirma Gilbert.
Al insistir en la jurisdicción de la ISA en este ámbito y acusar a Estados Unidos de violar el derecho internacional, Pekín también está enviando "un mensaje al mundo" al situarse en el "lado correcto de esta cuestión, en el lado de la ley", insiste Hache.
E.Bansal--MT