

Una ONG acusa a las fuerzas sirias de ejecutar a 19 civiles drusos
Una oenegé acusó el martes a las fuerzas gubernamentales sirias de ejecutar a 19 civiles drusos tras entrar en Sweida, una localidad de mayoría drusa del sur del país, donde algunos residentes atemorizados relataron numerosos abusos.
Las fuerzas sirias se desplegaron por la mañana en la ciudad, hasta ahora en manos de combatientes drusos locales, afirmando que querían restablecer la estabilidad después de dos días de enfrentamientos entre grupos drusos y beduinos, que dejaron un centenar de muertos.
Israel, que asegura querer defender a la comunidad drusa, bombardeó a las fuerzas gubernamentales tras su entrada en Sweida. Siria denunció los ataques y dijo que responsabiliza a Israel de sus "consecuencias".
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) afirmó que las fuerzas gubernamentales "ejecutaron" a 12 civiles drusos el martes tras asaltar una casa de huéspedes en la ciudad.
Un video no verificado que circula por redes sociales muestra al menos a 10 personas vestidas de civil cubiertas de sangre en el interior de la casa de huéspedes.
La organización también indicó que un grupo armado afiliado a las fuerzas gubernamentales ejecutó a "cuatro civiles drusos, entre ellos una mujer", en un pueblo vecino, y que otro grupo mató a tiros a tres hombres, en presencia de su madre, cerca de una rotonda al norte de Sweida.
Un corresponsal de AFP, que entró en Sweida poco después que las fuerzas sirias, vio cuerpos tendidos en el suelo mientras sonaban intermitentemente disparos en la ciudad, desierta y bajo toque de queda.
- "Prácticas salvajes" -
Esta violencia ilustra los retos a los que se enfrenta el gobierno interino de Ahmed al Sharaa desde que él y una coalición de grupos rebeldes suníes derrocaron al presidente Bashar al Asad en diciembre, en un país marcado por casi 14 años de guerra civil.
"Estoy en el centro de Sweida", declaró a AFP por teléfono un residente refugiado en su vivienda. "Ha habido ejecuciones, casas y tiendas quemadas, robos y saqueos", afirmó el hombre, que no quiso desvelar su identidad.
"Las fuerzas gubernamentales entraron en la ciudad con el pretexto de restablecer la seguridad (...) pero desgraciadamente han protagonizado prácticas salvajes", indicó Rayan Maarouf, redactor jefe del el portal de información local Suwayda 24.
El enviado de Estados Unidos para Siria, Tom Barrack, calificó de "preocupante" la violencia en la región y afirmó estar trabajando "con todas las partes" para restablecer la calma.
Por su parte, el ejército israelí llevó a cabo bombardeos contra las fuerzas gubernamentales. Israel, que técnicamente está en guerra con la vecina Siria, había declarado que no permitiría ninguna presencia militar en el sur de ese país.
"Actuamos para impedir que el régimen sirio les haga daño (a los drusos) y para garantizar la desmilitarización de la zona adyacente a nuestra frontera con Siria", declararon el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, en un comunicado conjunto.
La provincia de Sweida alberga la mayor comunidad drusa de Siria, una minoría derivada del chiismo, pero considerada como una corriente esotérica, que cuenta con unos 700.000 miembros en Siria y también está presente en Líbano e Israel.
- Confusión -
La oleada de violencia se desencadenó el domingo, cuando estallaron enfrentamientos entre combatientes drusos y tribus beduinas, que mantienen relaciones tensas desde hace décadas.
Las fuerzas gubernamentales intervinieron, alegando querer pacificar la región, pero participaron en los combates contra las facciones drusas junto a los beduinos, según el OSDH, testigos y grupos drusos.
Según esta organización, los enfrentamientos dejaron 116 muertos, entre ellos 64 drusos, la mayoría combatientes, pero también dos mujeres y dos niños, 18 beduinos, 34 miembros de las fuerzas de seguridad.
Las autoridades sirias anunciaron el martes por la mañana un "alto el fuego total", pero la situación parecía confusa.
Varios líderes religiosos drusos hicieron llamamientos contradictorios. La mayoría pidió a los combatientes locales que entregaran sus armas, pero uno de ellos les pidió que lucharan.
Las tensiones estaban latentes desde los enfrentamientos interconfesionales de abril entre combatientes drusos y fuerzas de seguridad en zonas drusas cercanas a Damasco y en Sweida, que dejaron más de 100 muertos.
Tras la caída de Bashar al Asad, la violencia mortífera contra la comunidad alauita, de la que desciende el presidente derrocado, y después contra los drusos, así como un atentado contra una iglesia en Damasco en junio, han hecho tambalear la confianza en la capacidad del nuevo gobierno para proteger a las minorías.
B.Chawla--MT