

El colapso de un glaciar en Suiza, una advertencia de las graves consecuencias del cambio climático
El reciente colapso del glaciar Birch, en Suiza, es una advertencia de las graves consecuencias que puede tener el cambio climático para las comunidades que viven cerca del hielo, como en la región del Himalaya, una de las más vulnerables del mundo.
El 28 de mayo una enorme nube de hielo y escombros cayó por la ladera de la montaña hacia la aldea suiza de Blatten a medida que el glaciar colapsaba.
Ali Neumann, asesor para la reducción del riesgo de catástrofes en la Cooperación Suiza para el Desarrollo, indicó que, en este caso específico, el papel del cambio climático "todavía debe investigarse".
Sin embargo, su impacto a nivel global en la criosfera -la parte del mundo cubierta por agua congelada- está claramente establecido, según el experto.
"El cambio climático y su impacto en la criosfera tendrán cada vez más repercusiones en las sociedades humanas que viven cerca de los glaciares, cerca de la criosfera, y que de alguna manera dependen de los glaciares y viven con ellos", asegura.
El colapso del glaciar destruyó casi por completo el pueblo de Blatten, cuyos 300 habitantes habían sido evacuados una semana antes, aunque hay una persona desaparecida.
"También demostró que con las técnicas adecuadas, la observación y la gestión de emergencias, se puede reducir significativamente la magnitud de este tipo de catástrofes", dijo Neumann en una conferencia internacional sobre glaciares, auspiciada por la ONU, que se acaba de celebrar en Tayikistán.
Según Stefan Uhlenbrook, director de Hidrología, Agua y Criosfera de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el caso suizo demuestra que las regiones más vulnerables del mundo, como la del Himalaya, tienen que prepararse.
"Hay que fortalecer toda la cadena, desde el monitoreo hasta el intercambio de datos, pasando por los modelos de simulación digital, la evaluación de peligros y la comunicación", apunta.
"Pero en muchos países asiáticos todo esto es débil, los datos no están suficientemente conectados", lamenta.
- "Catástrofes complejas" -
En 2023 Asia fue la región del mundo más afectada por las catástrofes climáticas y relacionadas con la meteorología, según Naciones Unidas, y las inundaciones y las tormentas provocaron un gran número de víctimas y pérdidas económicas.
Pero a diferencia de Suiza, que utiliza sensores e imágenes de satélite para monitorear sus glaciares, muchos países asiáticos, sobre todo en el Himalaya, carecen de esos recursos.
"El monitoreo existe pero no es suficiente", dice el geólogo Sudan Bikash Maharjan, del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD), con sede en Nepal.
Según el geocientífico Jakob Steiner, que trabaja en Nepal y Bután, no basta con aplicar las soluciones tecnológicas suizas.
"Se trata de catástrofes complejas, en realidad es igual de importante, o incluso mucho más, trabajar junto a las comunidades", apunta.
Los glaciares del Himalaya, que proporcionan agua vital para casi 2.000 millones de personas, se están derritiendo más rápido que nunca debido al cambio climático y exponen a las comunidades a catástrofes impredecibles y costosas, advierten los científicos.
En las últimas décadas han aparecido cientos de lagos formados a partir de agua del deshielo de los glaciares, un fenómeno que puede ser mortal.
Además, el deshielo del permafrost -la capa de suelo que permanece congelada de manera permanente- aumenta las posibilidades de deslizamientos de tierras.
Por eso el monitoreo y las alertas tempranas no son suficientes, advierte Declan Magee, del Departamento de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del Banco Asiático de Desarrollo.
"Tenemos que pensar (...) dónde construimos, dónde construir infraestructuras y viviendas para las personas y cómo podemos disminuir su vulnerabilidad", asegura.
La activista climática y cineasta nepalí Tashi Lhazom explica cómo la aldea de Til, cerca de su casa, quedó destruida por un deslizamiento de tierra a principios de mayo. Las 21 familias que vivían allí lograron escapar en el último minuto.
"En Suiza fueron evacuados días antes, aquí ni siquiera tuvimos segundos", dice Lhazom. "La disparidad me entristece pero también me enfada. Esto tiene que cambiar".
B.Sharma--MT